Premisa fundamental para el 2021: Ser soberano de mi propio destino

La única forma de lograr la transformación de la conciencia y llevarla de un estado a otro es a través de un cambio del concepto que tenemos de nosotros mismos. Todo lo que hacemos, que no está acompañado de un cambio de conciencia, no es más que un mero ajuste superficial en una realidad aparente. 

Entonces, ¿Qué es el estado de conciencia? 

El estado de conciencia es todo aquello a lo que le damos nuestro consentimiento. De aquí surge la importancia de una revisión minuciosa de nuestro diálogo interno, ya que es este estadío el de la preñez de la materialización.  Así, un espacio de silencio despierto y vigilante es el promotor de todo cambio deseado que avanza hacia la concreción en el mundo tridimensional. 

Como verás no es una cuestión de tiempo, pues el tiempo es sólo un medio para que cualquier cambio se materialice, más jamás podría producirlos. Cualquier modificación en la estructura mental del hombre trae como consecuencia un cambio en la realidad manifestada. De modo que la mente crea la realidad a través de la imaginación creativa de todo aquello que es deseado.

Nuestro diálogo con el Universo es constante, cada deseo ha de encontrar un cauce de manifestación, pues somos seres muy poderosos, capaces de hacer realidad cualquier cosa que sea fecunda en el campo de la imaginación humana. Tanto si amas como si odias, ambas intenciones trazan el potencial de manifestación, creando un abanico de posibilidades hacia su concreción a través del puente del tiempo. 

Por ello está dormido y aún no ha nacido a este mundo aquel que ha olvidado que es creador de todo lo que existe. Toda vida es autocreada, pero la conciencia “Yo Soy” es la causa de toda creación. 

Si estás viviendo en la tribulación, el miedo y la desesperanza, es sólo porque eres un adicto a las emociones que alimentan el drama de la vida y, puesto que eres el único creador de tu realidad manifestada, así también eres el único responsable de todo cuánto experimentas en esta realidad tridimensionalmente expresada. Si incluso vives en “modalidad víctima” del mundo, debes saber además que en este Universo no existe la exclusión, por consecuencia, no podrás salir de ese estado autoimpuesto queriendo que se vaya, sino deseando que algo más grandioso se presente. 

Cuando es el otro el responsable o culpable de tus desgracias, recuerda que los demás solo se hacen eco de todo aquello que te susurras mentalmente en secreto. Dime qué estás pensando y te diré en qué te convertirás. 

La búsqueda constante de excusas y pretextos para justificar tu fracaso y las consecuencias desafortunadas de tus acciones, son sólo meras distracciones para congeniar con la opinión pública. Este accionar se basa en la ignorancia del sentido de responsabilidad emergente de la única realidad que existe: La Conciencia de Ser. Tu comportamiento solo demuestra a quién has concebido ser, a qué idea has alimentado acerca de ti mismo, más nunca puede demostrar a aquel que realmente eres. Se demuestra en esta búsqueda nefasta el descenso de tu nivel de conciencia. 

La causa de tus disgustos radica en una afirmación dramática del “Yo Soy”, empobrecida frecuentemente por un estado de autohipnosis o piloto automático alimentado por la creencia de que toda salvación proviene del exterior. Comprendo que no es tu culpa, es sólo lo que te han hecho creer, tanto la religión, como la política, las “buenas costumbres”, el nacionalismo y todos los “ismos”. Pero ese no eres tú, al menos no el “Tú” dimensionalmente más grande que capaz de manifestar un Universo entero con tan solo desearlo. 

Ahora te pregunto: ¿Has vivido este tiempo en la tierra de manera que quisieras vivir tu vida de nuevo? Si la respuesta es no, aun duermes en tu cráneo, ignorante de las infinitas posibilidades de creación que eres capaz de autoimponerte. Recuerda que, en la economía divina de este vasto Universo multidimensional, nada se pierde, excepto cuando desciendes en tu conciencia y te pierdes de ti mismo. 

Cuando caminas este mundo asumiendo que ya eres aquello que deseas, nada puede detenerte. Cuando estás en este mundo sin pertenecerle, te vuelves consciente de que “la matrix” sólo está en tu mente. La llave es asumir con la imaginación que eres libres de cualquier condicionamiento en este mundo, excepto de aquellos que te has autoimpuesto. 

Como mensaje final para el cierre de este ciclo al que hemos llamado “año 2020”, te diría que no trates de cambiar las cosas, ni a los demás, sino más bien que busques identificarte con el estado ideal que deseas experimentar. No hay nada que cambiar, excepto la idea que tenemos de nosotros mismos. Recuerda que es nuestra propia conciencia la única realidad posible. 

Ahora dime: ¿Qué deseas manifestar para este nuevo año? 

A través de Alejandro D. Gatti

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